
EL MÉTODO MYBIOTA
Mejora tu salud a largo plazo a través de una microbiota rica y diversa, una dieta y un estilo de vida adaptados a tu metabolismo específico.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota intestinal, antes llamada flora intestinal, es el conjunto de bacterias, virus y hongos que habitan nuestro intestino. En nuestro cuerpo hay más bacterias que células humanas; representan casi dos kilos de nuestro peso. Esta comunidad de microorganismos ha evolucionado con nosotros desde el inicio de la humanidad. Nuestro cuerpo, que posee su propio código genético, necesita toda la maquinaria genética de las bacterias para realizar muchas de sus funciones. Por lo tanto, nuestra salud está determinada por la compleja interacción entre nuestros genes y los de la microbiota. La microbiota es un ecosistema muy diverso, como la selva amazónica, con entre 15.000 y 30.000 especies diferentes.
Las bacterias intestinales pueden considerarse como minifábricas, ya que producen muchos de los químicos que nuestro cuerpo necesita y realiza funciones metabólicas que los humanos no podemos realizar:
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Vitaminas y hormonas que nuestro cuerpo no puede producir; algunas de estas sustancias pueden influir en lo que tenemos ganas de comer, nuestros antojos.
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Sustancias que regulan nuestro sistema inmunitario, reduciendo la inflamación e inhibiendo los agentes infecciosos.
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Neurotransmisores, como la serotonina (la hormona de la felicidad), que se sintetizan principalmente en el intestino.
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Sustancias que regulan la expresión de nuestros genes humanos: modulación epigenética.
¿Por qué es importante?
Las investigaciones han indicado que la interacción entre la microbiota y el genoma humano, y los cambios en la alimentación, pueden ser factores cruciales en el desarrollo de enfermedades crónicas. Estas enfermedades, siempre asociadas a un estado de inflamación, son las enfermedades metabólicas (obesidad, diabetes, etc.), las enfermedades neurológicas (depresión, Alzheimer, autismo, etc.), las enfermedades autoinmunes (Enfermedad Inflamatoria Intestinal o EII, esclerosis múltiple, reumatismo, etc.) y las alergias.
Dado que las bacterias ayudan a extraer energía de los alimentos, según los tipos de bacterias que habitan en nuestro intestino, una misma comida se asimilará de forma diferente y generará más o menos calorías. Las personas con una mayor proporción de un grupo de bacterias llamadas Firmicutes tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes y obesidad.
Las dietas restrictivas hacen subir de peso. El famoso efecto yo-yo se explica por cambios en la microbiota. Tras dietas restrictivas, la microbiota cambia y este cambio persiste mucho después de suspender la dieta, ayudando al aumento de peso, por lo que después de una dieta se gana más peso. Investigadores han demostrado que la microbiota de ratones sometidos a dietas sucesivas se modificó. Al trasplantar su microbiota a ratones libres de gérmenes, estos aumentaron de peso. Este efecto es reversible mediante el consumo de ciertos flavonoides (un tipo de polifenol presente en ciertas plantas y vegetales con efecto antiinflamatorio).
¿Cómo modificar la microbiota?
Nuestros genes, heredados de nuestros padres, no se pueden modificar, pero sí podemos modificar la microbiota. Diversos estudios demuestran que modificar la alimentación puede provocar cambios significativos en la microbiota intestinal.
Otros factores que modulan la microbiota incluyen la actividad física, los medicamentos, el tabaquismo y el estrés.
Por lo tanto, mi acompañamiento tiene un enfoque integral que incluye nutrición, gestión del estrés y las emociones, calidad del sueño y actividad fisica.
Tener una microbiota rica y equilibrada se asocia con una reducción de la inflamación y una protección contra las enfermedades crónicas modernas. La dieta y el estilo de vida desempeñan un papel clave, más que nunca, en la lucha contra estas enfermedades.




